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PRUEBA BMW M2. Esencia M concentrada.

El BMW M2 ha supuesto el sueño de los más apasionados del mundo del motor y de la conducción. Los M son los modelos más prestacionales de cada serie de la marca y suponen el culmen de la conducción deportiva. La propia BMW considera que la M es la letra más poderosa del mundo, y así es. Tener un M es mucho más que tener un BMW. Esta letra nos deja una gran historia con modelos inolvidables como el primer M3 E30 o el todopoderoso M5 E60.

Un sueño para niños y para adultos, todos los amantes de los coches hemos soñado con poder tener algún día un coche de este nivel. Todo está BMW M2pensado para el disfrute, unido con la calidad general que caracteriza a la firma bávara.

Tras el lanzamiento del M4, los puristas reclamaban algo que representase la esencia deportiva de BMW en un tamaño más compacto. Con el excelente chasis del Serie 2, los ingenieros de BMW se pusieron manos a la obra para crear el que posiblemente sea uno de los mejores artefactos de conducción del mundo. Así nace el BMW M2, una bestia de dimensiones compactas con elementos tomados del M4. Es el deportivo que faltaba para coronar a BMW Motorsport, es impresionante. Este coupé es capaz de enamorarte con pasar solo unos minutos apreciando su silueta. El M2 está concebido para que conducir pase de ser una tarea cotidiana a una experiencia inolvidable.

 

En esta ocasión, quiero hacer un especial agradecimiento a Palaciocasión, por permitirnos hacerle el reportaje a este impresionante M2Por 49.990€ + IVA puedes hacerte con esta bestia equipada hasta el alma con solo 11.000km.

 

Estética brutal

Estéticamente es sencillamente brutal. Musculoso, compacto y agresivo lo mires por donde lo mires. Es un auténtico BMW M. La parte delantera es lo más impresionante del vehículo. Sus tomas de aire enormes en el parachoques delantero le dan un aspecto agresivo al conjunto. La línea lateral es la clásica de los coupés de BMW, pero sus marcados nervios y sus faldones laterales delatan que no es un BMW cualquiera. La parte trasera está ensanchada, y sorprende muchísimo. Al contemplarlo desde atrás da una sensación de potencia y poderío. Sus cuatro salidas de escape, propias de los modelos M junto con las llantas bitono en negro le dan un toque "macarra" que le sienta genial.

La unidad probada, contaba con el exclusivo color Long Beach Blau, un azul metalizado que le sienta genial a este deportivo y resalta aún más su deportividad.

La estética de este coupé transmite perfectamente sus intenciones y supone un adelanto de lo que va a ser en carretera.

 

Deportividad para disfrutarla

El BMW M2 es una combinación de diseño, potencia e ingeniería. Es sin duda el sueño de cualquier conductor joven y se convierte en la referencia a seguir en un segmento en el que no tiene rival. El M2 es un coche cargado de detalles, me encanta el tacto de la fibra de carbono real del interior o el logo de BMW M en las pinzas de freno.

Un interior desarrollado por BMW M

Interiormente, el M2 supone un nivel por encima de lo que podamos encontrarnos en un Serie 2 cualquiera. Todo está cubierto con materiales de primera calidad como el cuero, la alcántara o la fibra de carbono. Las líneas del salpicadero son fluidas, pero todo bañado de un diseño que incita a la emoción.

La consola central es simple, siguiendo el lenguaje de diseño de líneas rectas del resto de gama de BMW. Destaca en el centro del salpicadero la enorme pantalla de 8,8 pulgadas. La consola central es la habitual de BMW, en ella encontramos el selector de marchas del cambio Drivelogic y los mandos del sistema multimedia. Como en buen coche de alta gama, todo tiene un tacto exquisito y no hay nada fuera de lugar. El cuero viene de serie y da una sensación de deportividad y de calidad. Todas las costuras del interior son en el mismo Long Beach Blau del exterior. La alcántara en los paneles de las puertas y la fibra de carbono verdadera, le dan un toque perfecto. La letra M está presente por todo el interior para indicarnos que no vamos en un BMW cualquiera.

El M2 nos invita a ponernos a los mandos cuando percibimos la deportividad que transite su interior. El olor a cuero y el tacto de los materiales dan como resultado una sensación y unas ganas de conducir indescriptibles. Los asientos dan muy buen agarre, como en un buen deportivo.

 

Espacio suficiente para un coupé

A pesar de sus compactas dimensiones, el BMW M2 ofrece un buen espacio. El maletero dispone de 390 litros, una buena cota para un coupé de este calibre. El coche es ideal para afrontar un viaje en pareja. Las plazas traseras son un poco más justas, pero aún así cuidan bien al pasajero. A pesar de su caída de techo, el espacio para las piernas es bueno, cuentan con reposabrazos central y lateral y tomas de ventilación. ¡Nada mal!

 

Equipado hasta el alma

La unidad probada disponía de un gran equipamiento tecnológico instalado. BMW ofrece un gran listado de opciones. Destaca equipamiento como la cámara de visión trasera, el cambio Drivelogic, el sistema de navegación profesional o el equipo de sonido Harman Kardon entre otros muchos. Cabe destacar el impecable sonido de su equipo de audio Harman Kardon, que hace que el M2 se convierte en una sala de conciertos. Aunque para música…¡La del escape!

 

 

Un motor de los que ya no quedan

El BMW M2 está dotado de un motor 3.0 de seis cilindros en línea turboalimentado que rinde 370cv. Es capaz de acelerar de 0 a 100 en solo 4,5 segundos. La sensación de pegarte al asiento es brutal. Para estar hablando de una bestia de 370 cv, su consumo medio es de 8,7 L/100km, que no es nada descabellado. Tras practicar conducción deportiva, su consumo sube a los 11 L/100km.

 

Un rendimiento asombroso

En todos los BMW M, el rendimiento impresionante está garantizado. Esa sensación de potencia y poderío viene de serie en cualquier M. El rendimiento del motor es de sobresaliente y combinado con un chasis y con una mecánica excelente el conjunto es una maravilla. Las suspensiones son impresionantes, transmiten en cada momento lo que pasa en el asfalto. Oír como el motor no se agota y la caja de doble embrague responde a la primera te hace esbozar unsonrisa. La dirección filtra muy bien, y según vas enlazando curvas, el M2 te pide más y más, pero  no se agota nunca.

A nivel de chasis es una auténtica maravilla. Es ágil en la entrada a curvas y en los cambios de dirección, y se muestra preciso a lo que le marcas con el volante. Solo debes estar atento al gas para no pasarte y meter más par del necesario en las ruedas traseras, porque el control de tracción pasa factura. El volante tiene un tacto exquisito, es un auténtico M con todo lo que se espera de éste. Es rápido por su enorme potencia, pero también es ágil y divertido en curvas.

 

Tres modos de domar el M2

El BMW M2 cuenta con tres modos de funcionamiento. En modo Confort hace que la bestia se convierta en un dócil coupé. El modo Sport m sirve para esas ocasiones en las que necesitas adrenalina extra. El Sport + desactiva todos los controles y hace que solo te salven tus manos. Si quieres ir tranquilo, puedes hacerlo en modo Confort y la sensación es similar  a la de llevar un 220i. Pero la bestia te pide que pulses el botón Sport y te pongas a enlazar curvas.

El motor empuja muy bien, pero los frenos están a la altura. Delante lleva discos perforados de 380mm y atrás de 370mm para parar sus 370 caballos desbocados. La potencia de frenada es muy alta.

El cambio Drivelogic funciona muy bien. He de confesar que en un principio prefería una unidad manual. Pero la combinación del motor turbo con el cambio de doble embrague es brutal. La precisión está por encima de cualquier manual y es totalmente recomendable para este M2.

 

Me ha encantado El BMW M2

El M2 es un deportivo de los que ya no quedan. A pesar de su motor turbo y del cambio automático. Su esencia recuerda a los deportivos de antaño, donde todo se basaba en el placer de conducción. El excelente chasis del Serie 2 está en peligro de extinción. Es el único compacto con motor longitudinal, y eso se aprecia en un comportamiento excelente. En general el M2 me ha dejado un excelente sabor de boca.

 

Una vez más, quiero hacerle un especial agradecimiento al concesionario Palaciocasión y a su propietario Kevin. Sin su colaboración hubiese sido imposible vivir una experiencia tan inolvidable y tan divertida como la prueba de este deportivo BMW M2.

 

Víctor García

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